Ya pasó más de un mes y medio desde el tres de diciembre y todavía recuerdo cómo se palpitaba esa emoción de estar en el fogón del 50 aniversario del Grupo Scout 137 Jesús en el Huerto de los Olivos. Desde las 9 am que estábamos trabajando ese día, y a medida que las horas iban pasando, parecía que las cosas para hacer se multiplicaban en lugar de ir disminuyendo. Pero todo iba tomando forma, iba cerrando y comenzaban los nervios, aumentaban las ganas y la expectativa, la ansiedad desbordaba los ojos de cada scout, y la pasión naranja y negra nos impulsaba a perfeccionar cada momento y lugar.
Personalmente, me impresionaba estar formando parte de algo tan grande. Entre los nervios por el coro de la misa (que por suerte salió bastante bien) y el sketch al que faltaba dar cierre, y la cantidad de cosas que quedaban por hacer, la cabeza la tenía en cualquier lado, pero cuando tenía un segundo tranquila, se me venía el mismo pensamiento a la cabeza: yo estoy hoy acá, viviendo este momento tan importante para el Grupo y contribuyendo a que se recuerde para siempre.
Ver a tanta gente comprometida para con lo mismo, ver los videos con las cosas que pasaron en el grupo en estos cincuenta años, ver la cantidad de tótems que componen la Tribu del Tigre, ver el esfuerzo y tiempo que tantas personas le habían dedicado al fogón y al Grupo en sí… esas cosas entre tantas otras, me hicieron sentir realmente el significado del Me Atrevo.
Un mes y medio después, sigo maquinando sobre lo increíble que fue estar ahí, sigo dándole vueltas a lo loco que era ver cómo ese fuego iluminaba el espíritu de tanta gente hasta dejar al descubierto la pasión por el escultismo.
Y me enorgullece decir que me incluyo en ese "tanta gente".
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